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Go backward to 1.2. Objetivos fundamentales del INTEC
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1.3. Informe de Dirección

Este ha sido un año muy especial que debería indicar el comienzo de un nuevo punto de inflexión en nuestro desarrollo. Lamentablemente, no todo lo hemos podido hacer al ritmo que hubiésemos deseado, muy especialmente por los cambios registrados en la nueva etapa de dirección y administración del CONICET que nos obligan a esperar la conclusión del proceso de evaluación para producir las variantes proyectadas. Como el motivo nos parece inobjetable, deberemos armarnos de un poco de paciencia hasta 1998. Por otra parte, la Universidad también renovó sus autoridades a fines de este año y ello implicó igualmente un obligado compás de espera.

Desde su concepción en 1968 y su creación en 1975, como consecuencia de la exitosa tarea de promoción para la apertura de grupos de investigación en otras áreas del conocimiento y, muy especialmente, con la conclusión de nuestra actuación en el marco del proyecto de la Planta de Agua Pesada en 1981, en el INTEC hemos tenido una evolución que le ha cambiado su personalidad. Ya no somos más un grupo que concentra su trabajo en Ingeniería Química ni privilegiamos tan excluyentemente la producción de tecnología. La mucho mayor inserción en el marco de la docencia en la Universidad y las lógicas y realistas adecuaciones del personal a los sistemas de evaluación del CONICET, han producido modificaciones profundas en nuestras prioridades efectivas. Posiblemente nuestra producción actual se ajuste en forma más equilibrada al cumplimiento de los tres pilares sancionados en nuestro convenio de creación: producción científica, formación de recursos humanos y transferencia de conocimientos al sector productor de bienes y servicios.

Reconociendo estos aspectos, las disposiciones del Decreto 1661/96 y las opiniones de las autoridades de la Universidad Nacional del Litoral, hemos hecho una propuesta que contempla los siguientes cambios principales de fondo: (1) El INTEC (preservando su sigla y su logo) pasaría a ser un Instituto multidisciplinario; (2) El Comité de Representantes actual pasaría ser un Comité Directivo integrado por representantes directos del máximo nivel de conducción de la Universidad y el CONICET; (3) Nuestro actual Consejo Asesor (elegido por votaciones obligatorias e integrado por Investigadores, Personal de Apoyo y Becarios) pasaría a ser un Consejo Directivo también electo por votación e integrado por investigadores (con voz y voto) y Personal de Apoyo y Becarios (con voz); (4) El Director, designado por concurso público, estaría subordinado al Consejo Directivo y (5) Se designarían tres Vice-Directores: para asuntos científicos, para asuntos docentes y para asuntos tecnológicos. El proyecto ya ha sido elevado al CONICET por la Universidad.

A continuación se debería producir la adecuación del INTEC así reformulado a las disposiciones del nuevo Estatuto de la Universidad Nacional del Litoral, de forma tal que el Instituto pueda lograr: (1) Una inserción más orgánica y funcional en el conjunto de las actividades universitarias; (2) Un sistema más efectivo de interrelaciones con las demás Unidades Académicas de la Universidad para facilitar la gestión transversal de proyectos conjuntos (de investigación, docencia y transferencia) y (3) el real ejercicio de la ciudadanía universitaria. El anteproyecto se encuentra en etapa de discusión.

Por otra parte, en lo que hace a nuestro rendimiento, esta Memoria refleja en forma muy resumida pero completa nuestra producción. Considerando las desastrosas condiciones presupuestarias en que nos hemos tenido que desenvolver es razonable, aunque algunos de nuestros colegas extranjeros a veces no dudan en llamarla milagrosa. Un sólo comentario, aunque en términos relativos para nuestro país, refleja nuestro juicio anterior: con aproximadamente el 1.7 % de los investigadores del CONICET, logramos el 2 % de los ingresos a la Carrera en el último concurso (donde además, un significativo número de directores no son miembros de ella). Es bueno pero no es espectacular. Debe no obstante hacerse un llamado de atención: el número de aspirantes a becarios para hacer el doctorado ha disminuido en forma muy importante. Esto es mucho más notorio en el caso de Ingeniería Química; para una profesión que en estos momentos tiene una buena salida laboral, la vida académica no resulta atractiva. Es más, lograr un becario ingeniero del sexo masculino se ha transformado en hazaña. Nuestra credibilidad en los medios y en la población (que es muy buena) es inversamente proporcional a nuestro reconocimiento social. Y esto ha sido claramente captado por la gente joven. Notoriamente en cambio, la demanda de becas se ha incrementado en aquellas disciplinas con escasa salida laboral inmediata. Es muy bueno que haya muchos aspirantes a becas en matemática, pero es muy malo que los ingenieros se retiren del mercado de la ciencia. Evidentemente, algo no está funcionando bien. Nos animamos a hacer una escandalosa propuesta: ¿Porqué no contemplar el costo de oportunidad en el estipendio de los becarios?. El año que viene se cumplen treinta años desde que concebimos la idea de algo que luego se transformó en el INTEC. Será el mejor momento para hacer un balance.


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